SER DE LUZ
En la noche oscura sin luna, un alma pura viene a iluminar mi rostro y mi vientre.
Mi depredador está alerta, protejo mi prole, protejo mi alma.
Viene para iluminar mi camino.
Quién soy yo? Puedo ser sin ti. Qué estoy protegiendo?
Toda esta luz me ha de dar respuesta. Ilumina mi interior para ver mejor.
Qué quiero yo? Qué necesito?
Hago según mi bien mayor.
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Imagen y texto resultado de la meditación canalizada a partir de la historia personal de cada mujer.
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La Veu de les Flors | Experiencias de vida de mujeres reales
Desde que despertó en mí el deseo de ser madre, siempre he soñado con esta segunda rayita. Tantas veces he hablado con mi vientre pensando (y deseando) que allí dentro habitara un ser creciendo… El primer positivo llegó y fui la persona más feliz de la tierra. Mi pareja lo celebró con un ceño algo fruncido (demasiado rápido había sido para él. Él hubiera preferido esperar).
La segunda vez que apareció esta segunda raya positiva sabía que no sería bien recibida. Mi deseo de ser madre por segunda vez era y es enorme. Gestar vida dentro es algo mágico, maravilloso y el mejor regalo que nos pueden hacer a todas aquellas mujeres que deseamos ser madre. Este deseo que tantas veces me ha hecho enloquecer es algo animal, no responde a la razón. La segunda rayita no fue celebrada por nadie. Había una pareja con el rotundo no en su boca y unos padres rotos de dolor por el sufrimiento de su hija.
Yo, por dentro, solamente deseaba proteger aquella criatura, que más tarde recibiría el nombre de cuca de llum, y poder tenerla en mis brazos algún día. No pudo ser. Tuve que elegir. Elegir entre el deseo más animal que nunca he experimentado y, aplicar la razón, y elegir a mi familia, a mi hija. Antes de tomar aquella pastilla que pondría fin a los latidos de aquel pequeño corazón, pedí ver su corazón. En blanco y negro latía fuerte. Lloré fuerte y a mi alrededor (pareja, ginecóloga y enfermera) solamente hubo silencio. En silencio había pedido a aquella criatura que aguantara y le había prometido que yo la protegería. Ahora es un ser de luz que me acompaña. Me acompaña en silencio y desde el silencio.
Por fin, he logrado sentir paz. He logrado perdonarme. He logrado entender y aceptar la decisión más dura de mi vida y he recuperado mi inocencia. También siento que cuca de llum me ama y me acepta incondicionalmente. Pensar en cuca de llum me calma, me sana. Ahora cuca de llum tiene un espacio en mi corazón, en mi memoria y dentro de mí; una vez más desde el silencio.
35 años. Psicóloga